Hemos tocado fondo
Reconocer que se ha tocado fondo a veces es lo mejor para empezar a levantar el vuelo de nuevo. Marchena ha tocado fondo. Empresas históricas como Harinas Camacho, y otras de nueva creación, como Textulán o Cobreros, cierran o se trasladan a otros puntos. No hay ocio, no hay cultura, no hay tolerancia con las nuevas ideas. El paro sigue aumentando, mientras cada mañana caravanas de coches de trabajadores, licenciados, albañiles se encaminan a Sevilla y alrededores buscando trabajo. Cada municipio de nuestro alrededor tiene un gran proyecto consolidado o futuro, de especializacion económica, motor del desarrollo y generador de esperanza, mientras aquí, el pleno va a la deriva sin rumbo claro y la politica local camina a trompicones sin esperanza alguna. La vana promesa del turismo sigue sin consolidarse, mientras continúa el deterioro del patrimonio,y en el poder el Alcalde-Gollum sigue luchando por mantenerse a cambio de no hacer nada, sin ver toda esta realidad que nos asalta con solo salir a la calle. Mientras, de todo aquel derroche pasado de grandes macroproyectos que solo vendían humo, nada queda ahora. Calles vacías y un pueblo de ancianos y niños.
En lo ideológico, la generación del cambio, -que se aupó al poder tras el vacío de la dictadura, siendo en cierto sentido herederos de la misma, muchos hijos socialistas tenian padres franquistas- se sorprendió a si misma luchando por su parcela de poder personal, perdido por completo el norte de su ideología, nadando en el aburguesamiento, en la autocomplacencia, derrochando capital humano en intestinas luchas estériles, con el tiempo perdido y sin haber logrado cambiar nada de esta sociedad. Y lo que es peor, habiéndose convertido en lo mismo contra lo que ellos luchaban. El pesimismo es generalizado en las nuevas generaciones que ven cómo les gobiernan los mismos durante 25 años sin pdoer hacer nada por mejorar su sociedad. Los mismos que hablaban de ideales desde las escuelas, los mismos que han perdido por completo esos ideales. Los mismos que se alían con los sectores más conservadores, los curas que niegan sacramentos por dinero. Hemos tocado fondo y así no vamos a ningún lado. Necesitamos un golpe de timón, una esperanza, un proyecto de futuro sin salvadores que se apropien triunfos colectivos, sin lideres carismáticos. Necesitamos un cambio ya, antes de que sea demasiado tarde. Antes de que este pueblo sea un lugar cuyo unico atractivo sea sus buenas comunicaciones con la ciudad y al que vengamos solamente en las grandes fiestas a ver a nuestros ancianos familiares.Yo me niego a ver Marchena como un lugar muerto.
En lo ideológico, la generación del cambio, -que se aupó al poder tras el vacío de la dictadura, siendo en cierto sentido herederos de la misma, muchos hijos socialistas tenian padres franquistas- se sorprendió a si misma luchando por su parcela de poder personal, perdido por completo el norte de su ideología, nadando en el aburguesamiento, en la autocomplacencia, derrochando capital humano en intestinas luchas estériles, con el tiempo perdido y sin haber logrado cambiar nada de esta sociedad. Y lo que es peor, habiéndose convertido en lo mismo contra lo que ellos luchaban. El pesimismo es generalizado en las nuevas generaciones que ven cómo les gobiernan los mismos durante 25 años sin pdoer hacer nada por mejorar su sociedad. Los mismos que hablaban de ideales desde las escuelas, los mismos que han perdido por completo esos ideales. Los mismos que se alían con los sectores más conservadores, los curas que niegan sacramentos por dinero. Hemos tocado fondo y así no vamos a ningún lado. Necesitamos un golpe de timón, una esperanza, un proyecto de futuro sin salvadores que se apropien triunfos colectivos, sin lideres carismáticos. Necesitamos un cambio ya, antes de que sea demasiado tarde. Antes de que este pueblo sea un lugar cuyo unico atractivo sea sus buenas comunicaciones con la ciudad y al que vengamos solamente en las grandes fiestas a ver a nuestros ancianos familiares.Yo me niego a ver Marchena como un lugar muerto.
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